El Magnificat
http://es.wikipedia.org/wiki/Magn%C3%ADficat_(oraci%C3%B3n)

El Magníficat (magnificat en latín) es un canto y una oración cristiana. Proviene del evangelio según San Lucas (Lucas 1:46-55) y reproduce las palabras que, según este evangelista, María, madre de Jesús, dirige a Dios cuando visita a su prima Isabel, Lucas 1:13, madre de Juan el Bautista y esposa de Zacarías.
El nombre de la oración está tomado de la primera frase en latín, que reza Magnificat anima mea Dominum. Según la tradición, el encuentro de María eIsabel tuvo lugar en Ain Karim (también conocida como Ein Kerem), pequeña población situada siete kilómetros al oeste de Jerusalén, en la montaña deJudea, cuyo nombre significa “fuente del viñedo”.1 Dentro de la Liturgia de las Horas, el «Magníficat» es el Canto Evangélico empleado en el rezo de lasvísperas. A continuación se efectúa el análisis del pasaje bíblico, cuyo texto en latín, español y griego se reproduce al final.
Sobre si el pasaje es atribuible a María o a Isabel
La respuesta hoy día es segura: no existe ningún argumento serio contra la unanimidad de la traducción manuscrita, que lo pone en labios de María, madre de Jesús.2 3
Los exégetas se han cuestionado si se trata de una obra personal de María, o si habría que atribuir su composición a un judío-cristiano de mayor cultura. En esencia, el cántico no contiene nada que supere la formación religiosa de una joven hebrea inteligente, reflexiva, conocedora de la historia de su pueblo, asidua oyente de las lecciones de la sinagoga. Si bien se pueden admitir algunos toques de redacción del evangelista, la autoría intelectual del cántico se atribuye casi unánimemente a María, la madre de Jesús.3
Sobre si el «Magníficat» se sitúa en ese preciso contexto histórico
La mayoría de los autores cristianos responden afirmativamente. El cántico responde perfectamente al misterio que llevaba María desde la anunciación y concepción, y al momento en que Isabel, inspirada, dice: “Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre” Lucas 1:42.3 María le canta a Dios lo que ella lleva en su alma, y delante de su prima Isabel, a quien Dios mismo le reveló el misterio.
[editar]Sobre la originalidad del Magnificat
El «Magníficat» se ubica dentro del género literario común a todos los himnos o salmos de acción de gracias. La originalidad hay que ponerla en la asimilación personal de María de las grandes ideas bíblicas:
-
- la misericordia de Dios,
- la preferencia de Dios por los pobres y humildes,
- su poder, su santidad y su fidelidad, y
- las promesas que Él hizo a nuestros padres, los patriarcas.3
Partes constitutivas del «Magníficat»
En el cántico (Lucas 1, 46-55) se observan tres partes bien marcadas:2
-
- Alabanza de María a Dios por la elección que hizo de ella (versículos 46 a 50).
- Reconocimiento de la providencia de Dios en el mundo (versículos 51 a 53).
- Con esta obra, Dios cumple las promesas hecha a nuestros padres (versículos 54-55).
(A) Alabanza de María a Dios por la elección que hizo de ella
- “Proclama mi alma la grandeza del Señor,
- y se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;
- porque ha puesto sus ojos en la humildad de su esclava,
- y por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,
- porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
- su nombre es Santo,
- y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.”
Versículos 46 a 50
María comienza por “proclamar”, es decir, “anunciar” la grandeza de Dios. El gozo de María, su alegría, es “en Dios, mi Salvador”. Esto no sólo implica que Dios libera de algún mal, sino que significa también la concesión de tantos bienes y bendiciones,2 empezando por el bien de la vida. Ese Dios salvador es el Dios que ella lleva en su seno, y que se llamará Jesús (Yehoshúa), es decir “Yahvé salva”. María atribuye esta obra a la pura bondad de Dios, quien se fijó en “la humildad de su esclava”, es decir, en “la pequeñez de su servidora”. El cántico no alude a la virtud de la humildad, sino a una persona de condición social desapercibida, residente de un villorrio desconocido. No escogió como Madre del Mesías a una mujer “triunfadora”, a una reina, o a una mujer socialmente victoriosa o espléndida, sino a una “sierva” ignorada.2 Porque los caminos de Dios no son los caminos de los hombres.
[editar]La Profecía de María
En el momento culminante del «Magníficat», María profetiza: “todas las generaciones me llamarán bienaventurada“.4 Para que todos constaten si lo que ella dice es una exageración o no, para que todos analicen si se trata de una obra de Dios o una mera construcción humana, María profetiza algo que, humanamente hablando, parece algo imposible: su exaltación eterna, generación tras generación.
Dice un autor contemporáneo:
Para tomar una dimensión aún más precisa, dadas las diferencias sociales existentes entre varones y mujeres en el siglo I, se podría comparar la exaltación de María con la de la mujer más poderosa de su época, probablemente Livia Drusila (57 a.C. — 29 d.C.), tercera esposa de Augusto y emperatriz romana, deificada por Claudio, y preguntar quién de las dos ha sido más conocida y reverenciada a través de los tiempos.
A través de la historia los hombres han mencionado numerosas profecías, la mayoría de ellas oscuras y difíciles de desentrañar. Dijo Castán Lacoma: “La profecía de María, madre de Jesús, ha sido de cumplimiento evidente y constante después de tantos siglos, como ha sido clara y concreta su formulación”.6
(B) Reconocimiento de la providencia de Dios en el mundo
- “Él hizo proezas con su brazo:
- dispersó a los soberbios de corazón,
- derribó del trono a los poderosos
- y enalteció a los humildes,
- a los hambrientos los colmó de bienes
- y a los ricos los despidió vacíos.”
¿Quiénes son los pobres y humildes, quiénes son los ricos y poderosos? Pobres y humildes son los que ponen su confianza en Dios, los que necesitan de Dios, porque no tienen al dinero y el poder en quienes confiar. Ricos son los que se bastan a sí mismos. Los salmos utilizan con frecuencia el término “soberbio” para designar a ricos y poderosos. Pues la riqueza no es solamente una forma de dominio, sino también un medio de dominación y un pretexto para el orgullo.7
¿Por qué el Dios al que canta María prefiere al pobre antes que al rico? ¿Acaso el pobre es bueno? No necesariamente. Dios prefiere al pobre, no “por ser bueno”, sino “por ser pobre”.7 El rico según la Biblia sólo confía en sí, piensa y habla soberbiamente, practica el engaño y la calumnia, condena al pobre, declara culpable al inocente, se vuelve contra Dios y lo desprecia, en su corazón dice que no existe o que Dios no se ocupa de los humanos y que podemos hacer lo que queramos sin que Dios nos vea. El pobre según la Biblia no maldice ni envidia; se vuelve siempre a Dios y su esperanza nunca le falla.3
Con esta obra, Dios cumple las promesas hechas a nuestros padres
- “Auxilió a Israel, su siervo,
- acordándose de la misericordia
- –como lo había prometido a nuestros padres–
- en favor de Abraham
- y su descendencia por siempre.”
Versículos 54 y 55
Con la encarnación de Jesús, Dios socorre, ampara a Israel, le hace la misericordia de enviarle al Mesías. Dios se acuerda de la misericordia cuando hace uso de ella, cuando salva y ayuda. La misericordia se ejercita con Abraham y su descendencia, hasta alcanzar a todos los hombres, para siempre.
En todo el cántico, incluso al final, se presenta a Dios con términos “antropomórficos”, es decir, aplicables a los hombres. El Dios de los cristianos no es algo abstracto, remoto, sino concreto y cotidiano. El Dios del cristianismo no es una especie de armonía inherente a la evolución del universo, como tendería a pensar un agnóstico. Tampoco es algo superior que opera en la creación y que todas las criaturas deben acatar o secundar, como tendería a pensar una persona que profesa otra fe distinta a la cristiana. No es “algo”, es “alguien” que piensa en mí.
Para muchos, los antropomorfismos ofrecen una imagen de Dios tosca y grosera. Pero María utiliza los antropomorfismos, pues en el cántico dice que Dios “pone los ojos” en ella, “dispersa”, “derriba” y “despide con las manos vacías” a unos, “enaltece” y “colma de bienes” a otros. Dios es alguien que “auxilia” y “se acuerda”. Esta es la imagen más próxima al Dios del cristianismo, como lo expresa muy bien un contemporáneo:
Corolario
Antes de predicar Jesús las bienaventuranzas, su madre las había cumplido ya con total perfección.6 7 Incluso se adelantó a proclamarlas con sus propias palabras, en el «Magníficat». Jesús dijo: “Bienaventurados los pobres… ay de vosotros los ricos…” (Lucas 6, 20.24). Pero antes, María dijo que Dios derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Así habló ella, porque lo sabía por experiencia, ya que Dios había puesto sus ojos en la humildad de su esclava.
[editar]Fuentes
La oración está inspirada en numerosos pasajes del Antiguo Testamento, entre los cuales se cuentan:
- 1Samuel 2:1,11
- Habacuc 3:18
- Job 12:19-20,5:11,12 y
- Salmos 34:2-3;111:9;103:1;89:11;107:9;34:10;98:3;22:9.
El «Magníficat» se inspira particularmente en el “cántico de Ana” 1Samuel 2:1-11, así como en la visión de Isaias 29:19-20 y en los Salmos 113:7,136:17-23,146:1-9 que forman parte de losHal-lel recitados en las mañanas de Pascua, con los cuales guarda distintas afinidades literarias.
[editar]El «Magníficat» en la liturgia católica
Esta oración se utiliza en el Oficio Divino o Liturgia de las Horas, en la oración de la tarde, Vísperas, que es la oficial de la Iglesia Católica. También es un himno utilizado en Acción de Gracias, junto con el Te Deum, entre otros.
[editar]Texto en latín, español y griego
En latín
Magnificat anima mea Dominum, et exultavit spiritus meus in Deo salutari meo, quia respexit humilitatem ancillae suae. Ecce enim ex hoc beatam me dicent omnes generationes, quia fecit mihi magna qui potens est, et sanctum nomen eius, et misericordia eius ad progenie in progenies timentibus eum. Fecit potentiam in brachio suo, dispersit superbos mente cordis sui, deposuit potentes de sede, et exaltavit humiles, esurientes implevit bonis, et divites dimisit inanes. Suscepit Israel puerum suum recordatus misericordiae suae, sicut locutus est ad patres nostros Abraham et semini eius in saecula. |
En español
Proclama mi alma la grandeza del Señor, y se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador; porque ha puesto sus ojos en la humildad de su esclava, y por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: su nombre es Santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hizo proezas con su brazo: dispersó a los soberbios de corazón, derribó del trono a los poderosos y enalteció a los humildes, a los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió vacíos. Auxilió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abraham y su descendencia por siempre. |
- Texto original en griego:
- Μεγαλύνει ἡ ψυχή μου τὸν Κύριον
- καὶ ἠγαλλίασεν τὸ πνεῦμά μου ἐπὶ τῷ Θεῷ τῷ σωτῆρί μου,
- ὅτι ἐπέβλεψεν ἐπὶ τὴν ταπείνωσιν τῆς δούλης αυτοῦ.
- ἰδού γὰρ ἀπὸ τοῦ νῦν μακαριοῦσίν με πᾶσαι αἱ γενεαί,
- ὅτι ἐποίησέν μοι μεγάλα ὁ δυνατός,
- καὶ ἅγιον τὸ ὄνομα αὐτοῦ,
- καὶ τὸ ἔλεος αὐτοῦ εἰς γενεὰς καὶ γενεὰς
- τοῖς φοβουμένοῖς αυτόν.
- Ἐποίησεν κράτος ἐν βραχίονι αὐτοῦ,
- διεσκόρπισεν ὑπερηφάνους διανοίᾳ καρδίας αὐτῶν•
- καθεῖλεν δυνάστας ἀπὸ θρόνων
- καὶ ὕψωσεν ταπεινούς,
- πεινῶντας ἐνέπλησεν ἀγαθῶν
- καὶ πλουτοῦντας ἐξαπέστειλεν κενούς.
- ἀντελάβετο Ἰσραὴλ παιδὸς αὐτοῦ,
- μνησθῆναι ἐλέους,
- καθὼς ἐλάλησεν πρὸς τοὺς πατέρας ἡμῶν
- τῷ Αβραὰμ καὶ τῷ σπέρματι αὐτοῦ εἰς τὸν αἰῶνα.8
Referencias
- ↑ Díez, Florentino (1990). Guía de Tierra Santa. Verbo Divino. p. 39. ISBN 8471516950.
- ↑ a b c d de Tuya, Manuel (1977). Biblia Comentada, Tomo Vb: Evangelios, 3a. edición. Biblioteca de Autores Cristianos (Madrid). p. 30-33. ISBN 8422008319.
- ↑ a b c d e f g Leal, Juan (1973). Nuevo Testamento, Tomo 2: Evangelios (2°) – San Lucas y San Juan. Biblioteca de Autores Cristianos (Madrid). p. 71-76. ISBN 8422103273.
- ↑ Lucas 1,48
- ↑ Ricciotti, Giuseppe (2000). Vida de Jesucristo. Iberia. pp. 595. ISBN 8470820554.
- ↑ a b Castán Lacoma, Laureano (1985). Las bienaventuranzas de María, 5a edición. Biblioteca de Autores Cristianos. pp. 352. ISBN 9788422004066.
- ↑ a b c d e f Cabodevilla, José María (1984). Las formas de felicidad son ocho. Comentario a las bienaventuranzas. Biblioteca de Autores Cristianos. pp. 378. ISBN 8422011271.
- ↑ The Resurgence Greek Project